En estos días, según se declaró en una asamblea pública, brigadas de información pasarán a los salones de la Facultad de Filosofía y Letras a alertar a los estudiantes menos concientes de las terribles condiciones en que la mala administración actual -como cualquier otra- tienen sumido al alumnado.
Cuatro son las consignas fundamentales, con una adherente de la que se hablará en otro momento.
1) Los macetones deben irse, no porque sean un peligro, como dijeran los estudiantes de arquitectura y los propios vendedores en su momento, sino porque -según los asambleistas- la comunidad quiere que regrese el folclor a los pasillos.
Las autoridades y Rectoría no están interesados en mejorar las condiciones de la Facultad, ni actuaron retirando a los vendedores como medida ante el asesinato del narcomenudista, no: Lo que quieren es extorsionar a los pobres vendedores que nos proveían de alimentos nutritivos a precios populares... (Que yo recuerde no era tan barato pero eso dicen). Hacen un llamado pues a los vendedores exiliados y todo aquel que quiera poner su puestito... Necesitamos que vuelva la vida a la Facultad... Finalmente, eso es lo importante, que sea un giro comercial libre de autoridades... Salvo por los caciques que surgieran al interior de su nueva comunidad de vendedores; ni hablamos de la posibilidad de cobrar renta para guardar las mercancías del tianguis del folclor en el seno de los pulicultores: El auditorio secuestrado Justo Sierra... A precios populares, por supuesto.
2) Hasta aquí puedo escribir con ironía (por si no se había leído), pues lo siguiente no tiene nombre: La ridiculez de que la Biblioteca Samuel Ramos es una muy mala... Eso dicen de la Biblioteca a pesar de sus aproximadamente 250,000 ejemplares, un incremento anual de aproximadamente 6000 o 7000 ejemplares nuevos adquiridos más los que llegan por donación o canje. Normalmente hay un mínimo de dos ejemplares por título; con los libros raros de los que sólo hay uno se tiene especial cuidado y están en la zona de consulta. De los más consultados se procura tener más ejemplares como es natural. Eso dicen a pesar de que hay un catálogo e incluso atención personalizada en linea, la Biblioteca Samuel Ramos es un orgullo para la Facultad de Filosofía y Letras y la envidia de otras facultades donde se estudian humanidades... Si alguien se ocupara de leer 6000 (o digamos 3000 por eso de la crisis) títulos nuevos de este año no le daría tiempo de andar diciendo majaderías: Es una majadería decirle "mala biblioteca" a la Samuel Ramos.
Aún en el mundo posible en el que fuera insuficiente la Biblioteca Samuel Ramos, a muy pocos metros está la Biblioteca Central, también con un tremendo acervo en humanidades... ¿O qué creen que la hicieron tan grande nada más para que cupieran los murales? Tiene libros en el interior.
3) Los hoyos que hizo la Gloria Villegas en el techo del auditorio secuestrado Justo Sierra... Según se dijo en la asamblea pública, "son tan profundos que debieron ser realizados con un martillo hidráulico"... Ya me imagino a la Dra. Villegas allá subida con su martillo hidráulico haciendo 46 agujeros para boicotear la gestación del México del futuro... Y ellos, ahí debajo no se dieron cuenta de que en el techo alguien trabajaba con un martillo hidráulico... Esa maquinaria es muy sofisticada, igual que el sistema de cámaras que está instalado en Ciudad Universitaria... Es una tecnología taaaaaaan avanzada que las cámaras no las ves por ningún lado, pero júralo, ahí están... Así era también el martillo hidráulico de Gloria Villegas, hiper silencioso, tan así fue que los habitantes no se percataron del atropello hasta que se les filtró el agua... Con tecnologías tan avanzadas no se puede uno dar cuenta.
El sistema de cámaras hiper discreto instalado en Ciudad Universitaria y el martillo hidráulico hipersilencioso son los gadgets en que invierten el dinero las autoridades universitarias... Una mejor inversión sería comprar otros 250,000 libros a ver si con eso les alcanza a nuestras lumbreras, esos cúmulos de inteligencia a quienes resulta una mejor explicación para los agujeros en el techo del auditorio la existencia de artefactos fantásticos respecto a la posibilidad de que sea el deterioro natural, consecuencia de los 9 tristísimos años de secuestro -y por ende de falta de mantenimiento-, el origen de los daños en el auditorio.
4) El estacionamiento de la Facultad de Filosofía y Letras debe ser de uso público, no sólo para (esto se lee parándose el cuello) "los grandes académicos" y "el gran administrativo"... Como se dijo en la entrada anterior a este respecto, ni que los maestros eméritos no tuvieran fuerza suficiente para dejar su auto en el estadio como todos los demás miembros de la comunidad universitaria lo pueden hacer... Gratis, con transporte también gratuito a las Facultades...
Eso que lo hagan los demás, los pobres estudiantes por qué... ¿será admisible que se les haga tarde para llegar a escupir verborrea por sus altavoces? momento... ¿no que eran paupérrimos?, ¿cómo es que tienen autos?, ¿funcionan con combustible autogestivo?
Eso debe ser, es impensable que se agarren de una medida que ciertamente no causó mucho contento entre la comunidad para jalar a la gente a defender las otras tres tonterías expuestas en esta entrada...
Convocan pues a la acción para abrir el estacionamiento al público el 11 de septiembre, como manifestación de repudio contra su elitismo exhibido en este y los demás atropellos descritos.
Ojalá no sea mucha la gente que luego de sus saloneos se preste a defender los intereses que de un modo tan burdo aducen los secuestradores del Auditorio Justo Sierra, y su rabieta sea una muestra más de lo fuera de lugar que están en la Universidad.
Dije que había una última consigna adherente, ese es un problema más complejo, el de las becas CONACYT; se abordará en otro momento.