Más que
deseable es necesarísimo, y todavía más que eso, es sumamente urgente solicitarle
al Vaticano que inicie el proceso de canonización de la UNAM, por ser la única
institución educativa en el mundo —me atreveré a decir sin temor a equivocarme—
capaz de obrar prodigios y milagros. ¿No me quiere usted creer? Simplemente
considere el caso de la licenciatura en "desarrollo y gestión
interculturales" —así como lo oye—, una carrera, en el mejor de los casos, técnica pero
universitaria, inútil pero pretenciosísima y, a pesar de ser absurda, reconocida por la SEP e impartida en la Facultad de Filosofía y Letras. Sin lugar a dudas, sólo en una
universidad dotada de poderes sobrenaturales puede uno esperar que se produzca
tal armonización de irreconciliables contrarios.
Sólo en la
UNAM.
Sin duda, la parte más pesada de la carrera: las prácticas de campo.
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Y por si esto fuera poco, nuestra universidad nacional refrenda, además, su vocación de Robin Hood a la inversa, como lo prueba el enorme presupuesto que cada año se habrá de ejercer con el muy loable objetivo de dotar con un "super pasatiempo", absolutamente gratuito, a los niños fresas y a sus mamás —esas "señoras de segundo aire" que diría un profesor de literatura—.
Pero si la cultura... es una monada. |
Ahora, yo me
pregunto, ¿dónde está la okupa, la anarquia —mi contestataria grafía, si me permiten—, la fufufyl? ¿Dónde carambas está
Chalo, aunque sea, por vida de Dios? ¿Cómo es posible que hasta el momento nadie, entre todos aquellos que
se la viven descubriendo complot tras complot en contra de la "universidad
popular" y a favor de la "mercantilización" de la educación,
haya notado la aparición de esta carrera nice en plena Facultad de
Filosofía y Letras?
A ver,
estimados sociólogos y politólogos de huarache, calzón de manta y iPhone en el orgánico morral, ¿a
qué les suena la frase "gestión del patrimonio cultural y mediación
intercultural"? Yo, que soy derechista, burgués, pro capitalista y cosas peores, no me espanto con la idea de que se obtengan beneficios
económicos de una zona arqueológica —siempre que se respeten ciertas normas,
mas eso es asunto para otra entrada—, PERO USTEDES SÍ. ¿Entonces? ¿O es que la
izquierda, que lo acepta y justifica todo, mientras así lo indiquen sus líderes
(in)morales, ya aceptó que, siempre sí, las comunidades indígenas son incapaces
de hablar, entre sí y con sus connacionales mestizos, sin mediación, y, de igual manera, que tampoco pueden administrar por sí solas los bienes culturales que,
supuestamente, les pertenecen?
Estudios recientes han demostrado que ningún pueblo o comunidad sabe cuál es su patrimonio cultural —o qué demonios puede hacer con él— hasta que no se lo explica un licenciado fresa de la UNAM. |
Más
preguntas: si se supone que van a formar especialistas en interculturalidad
mexicana, ¿dónde está el estudio serio —a nivel licenciatura, vaya— de la
historia y la geografía de nuestro país? Peor aún, ¿por qué no se les exige que
adquieran siquiera un idioma indígena?
Fuera de obtener el salario de un secretario de cultura o de turismo, la mayor ambición de estos jóvenes idealistas es el reconomiciento de sus hermanos indígenas |
Y, por
último, la cereza en el pastel: los futuros licenciados podrán obtener su
titulo presentando un "informe académico por servicio social". En otras palabras, después
de tres años —o cuatro, pues también hay chance de llevársela tranquila— de pasar materias de chocolate —"Cultura y sociedad", "Economía de los
bienes culturales"—, los alumnos más apapachados de la UNAM ni siquiera
tendrán que preocuparse por mal escribir una tesis de treinta páginas.
Lo dicho, sólo en la UNAM.
Otra opción educativa universitaria que ofrece perspectivas laborales personalizadas, adecuadas al perfil socioeconómico de cada aspirante. |
Si quiere saber más de este fascinante proyecto educativo, consulte la Oferta Académica correspondiente publicada por la UNAM.
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Enójese pero no me pegue