viernes, 11 de noviembre de 2011

Rectoría a concurso

Hace unos días, algunos amigos míos, excelentes universitarios todos, empezaron a organizar un ejercicio colectivo de análisis crítico muy loable: el estudio grupal de los programas de acción propuestos por cada uno de los cinco funcionarios que, en ese momento, habían sido elegidos como candidatos al puesto de rector.

A estos estimados colegas quiero asegurarles que yo, con la mejor de las voluntades, intenté hacer mi parte. Por desgracia, mi inexperiencia en cuanto a la lectura de este tipo de documentos, junto con una acusada tendencia a impacientarme fácilmente (una falta de mi carácter que nunca he dejado de lamentar), me impidieron pasar del cuarto o quinto párrafo del programa que me propuse comentar.

Con toda honestidad, debo decir que yo no entiendo qué utilidad puedan tener, en el contexto de un escrutinio de esta naturaleza, unas declaraciones llenas -a mi juicio- de obviedades, lugares comunes, vacuas generalizaciones y buenos deseos de lo más abstracto.

Al final, me quedó la impresión de que, si yo hubiera tenido que elegir a nuestro próximo rector basándome en la evaluación del contenido de estos escritos, no me hubiera quedado de otra que aplicar mis (escasos) conocimientos de retórica para determinar cuál candidato profesa de manera más elocuente su compromiso con la modernización de la UNAM, sus labores de investigación, la igualdad de género y, por supuesto, la urgentísima necesidad de apoyar con mayor vigor a las humanidades.

En mi opinión, esta universidad no podría tomar una mejor decisión, en lo que respecta a la elección de sus más altas autoridades, que proceder de la misma manera que como lo hace a la hora de conferir grados, plazas y reclacificaciones: a través de concursos de oposición.

Así, y para empezar, los candidatos tendrían que demostrar, por medio de rigurosos exámenes, su conocimiento de la normatividad universitaria, su estructura burocrática y su historia. Mientras este proceso estuviera desarrollándose, una comisión dictaminadora externa tendría a su cargo la evaluación del desempeño académico y administrativo de cada candidato. Después, para terminar con esta primera etapa de selección, se identificaría a los cinco mejores promedios, y estaríamos listos para seguir adelante.

En la segunda etapa -de defensa, por decirlo así-, los candidatos se enfrentarían a dos pruebas. En primera instancia, se seleccionaría a cinco jurados ante los cuales los aspirantes tendrían que defender sus programas de acción. Hecho esto (y publicados los veredictos de los jueces y las minutas de las sesiones), se procedería a realizar un debate público entre los candidatos. Finalmente, se convocaría a los universitarios interesados (inscritos y egresados, es decir, cualquier ciudadano mexicano con un número de cuenta) a votar a favor del individuo de su preferencia.

Por último, un elemental procedimiento aritmético o, a lo más, un breve debate para ajustar tal o cual calificación parcial, bastaría para determinar el nombre del elegido.

Con todo lo utópica que pueda sonar esta propuesta, creo que hay forma de argumentar que tiene la virtud -al menos en potencia- de concederle un espacio razonable tanto a la calificación "numérica" como al juego político y la subjetividad -por ejemplo, en el momento de la selección de los jurados y la evaluación de estos-, y que, por esta razón, es una manera mucho más racional de elegir un rector, que el proceso opaco y casi por completo "político" que ha vuelto a confirmar en su cargo a José Narro, a pesar de su evidente incapacidad -demostrada al cabo de cuatro años de administración- para resolver los problemas más acuciantes de la UNAM.

Dejo a la consideración de mis amables lectores la evaluación de la pertinencia de proponer esta reforma, o, lo que es más probable, de la impertinencia de mis ingenuos proyectos; y sólo quiero terminar con esta reflexión: que un cargo como el de rector de la universidad debería serle conferido sólo a aquellas personas que pudieran demostrar, de la manera más convincente posible, que tienen la capacidad, la visión y la tenacidad para estar a la altura de tal responsabilidad.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Asuntos forenses para reflexionar

Los datos, según el "Proyecto Ambulante" -al parecer, un (¿él?) nuevo órgano de difusión de la "asambleaffyl":

1. El miércoles 26 de octubre es asesinado Carlos Cuevas. Supuestamente, estudiante de la UNAM; supuestamente, a balazos ("16 impactos de bala", dice el "comunicado"). En ningún lado se ofrecen vías para corroborar la información.

2. Se convoca "A los medios de comunicación" y "A la opinión pública" a velar el cuerpo de la víctima en la Facultad de Filosofía y Letras desde la mañana del viernes 28 de octubre; para lo cual la "asambleaffyl" obliga (por medio de amenazas) a los universitarios no interesados en participar en su "velorio-protesta" a interrumpir sus actividades y abandonar las instalaciones desde el jueves por la tarde.

La forma irresponsable -y, probablemente, dolosa- de presentar la información, así como el llamado a sabotear el funcionamiento de la universidad y el deseo de alimentar un clima de enfrentamiento dentro de nuestra facultad, dan mucho material para reflexionar acerca de las numerosas formas (nocivas todas ellas) en que el "activismo social" incide en la vida universitaria; en esta ocasión, sin embargo, queremos hacer énfasis en un aspecto del "caso Cuevas", de naturaleza legal, cuya falta de lógica nos produce toda clase de inquietudes, y nos hace preguntarnos cómo es posible que la autoridad universitaria carezca de la voluntad necesaria para impedir que se involucre a la UNAM en asuntos tan opacos.

En concreto, nuestra duda es la siguiente: ¿que hacía en Ciudad Universitaria el cadáver de un hombre asesinado, dos días después de ocurrido el crimen? ¿Acaso para alguien no es evidente que ninguna precaución es excesiva cuando se trata de preservar una pieza central en la investigación de cualquier homicidio como es, sin duda, el cuerpo mismo de la víctima? Y lo que es más, ¿no son precisamente los que ahora exigen "justicia" y "esclarecimiento" quienes debieron haber procurado, antes que nadie, que el cuerpo fuera trasladado con todo el cuidado necesario hasta las instalaciones del Servicio Médico Forense, y no ser removido de ahí por ningún motivo hasta concluidas las investigaciones, ni sufrir manipulaciones más allá de las realizadas por expertos, bajo la más estricta documentación; todo esto con el objetivo de evitar la destrucción de cualquier indicio todavía existente en el cadáver que pudiera ayudar a determinar la autoría del crimen?

Aparte de esto, nos resulta incomprensible que ninguna de las autoridades policiales de las dos entidades federativas involucradas en la investigación (el Estado de México y el Distrito Federal) haya impedido que los procedimientos forenses fueran interrumpidos -y, quizás, imposibilitados por completo- de una manera tan torpe e injustificada. De la misma manera, nos parece asombroso -por decir lo menos- que la rectoría universitaria y la dirección de la facultad hayan permitido que la institución fuera involucrada, y aun implicada, en tamaña irregularidad, en lugar de protestar enérgicamente, impedir el acceso del cuerpo al campus y exigir que la policía se hiciera cargo del cadáver; el cual, desde el momento en que fue descubierto, jamás debió de haber salido de su poder.

A pesar de todo lo que pueda replicarnos la "asambleaffyl" -y estamos seguros que no tardarán en encargarle a sus escribidores que lo hagan-, un día nos parece un espacio de tiempo por completo insuficiente para hablar de una inspección forense completa y confiable. Al menos, tal sería nuestra opinión si fuese el caso que la vida de la víctima hubiera tenido valor para nosotros, y estuviéramos auténticamente interesados en que se resolviera el misterio de su muerte. Además, hubiéramos hecho hasta lo imposible por evitar que el cadáver fuera privado de las condiciones que retardan el proceso natural de decaimiento corporal, con la conciencia de que es imposible asegurar, en investigaciones de este tipo, que no se presentará la necesidad de realizar una nueva inspección de los restos.

Pero ésa, como hemos dicho, es la manera en la cual nosotros nos hubiéramos conducido en una situación semejante, y queda claro que nada puede haber más distinto que nuestra manera de pensar y la motivación de nuestras acciones y las de ellos: para algunas personas, los restos mortales de una persona pueden ser un medio para conocer las circunstancias de su muerte, mientra que, para otras, ese mismo cadáver es, ante todo, una herramienta política, un arma de chantaje, y una excelente oportunidad publicitaria. Para convencerse, basta ver lo que ha hecho Sicilia de la muerte de su hijo.

Paros, protestas y otras confusiones

Desde el jueves pasado por la tarde las actividades académicas de la Facultad de Filosofía y Letras se vieron interrumpidas debido al "paro estudiantil" promovido por un grupo de activistas universitarios organizados en "asamblea". El objetivo de estos individuos era el de hacer pública demostración de la indignación que les causó el asesinato de un "tesista de la Facultad de Filosofía y Letras", delito que ellos, sin ofrecer ninguna clase de pruebas, afirman que fue provocado por el combate al narcotráfico que realiza el gobierno federal, además de insinuar que fueron las actividades políticas de la víctima la razón del crimen.


Por supuesto, el hecho de que se hubiera tratado de un "asesinato político" o no es por completo inmaterial, pues, incluso si ése hubiera sido el caso, no hay razón que justifique que, por tal motivo, nuestra facultad se vea obligada a detener sus funciones. En todo caso, se trata de una decisión personal el abandonar las labores académicas que cada miembro de la facultad realiza -como estudiante o profesor- en señal de protesta. Pero eso, evidentemente, ni le da derecho a ningún "colectivo", por numeroso que sea, a imponerle su voluntad a la comunidad en su conjunto, ni exime a ningún participante de la protesta de las consecuencias de su decisión, y cada uno de esos individuos deberá responder por su ausencia injustificada.


Pero esto último no agota la cuestión de la responsabilidad de los promotores del "paro", pues la obstrucción de funciones es un delito, y uno que es necesario considerar como muy grave cuando, como en el caso presente, se perpetra mediante amenazas y violencia. Y para que no se nos acuse de exageración, queremos aclarar que nos basamos, para afirmar lo anterior, en testimonios de estudiantes que, mientras "evacuaban" las instalaciones, se vieron sujetos al maltrato de los activistas.


En nuestra opinión, la actitud de las autoridades universitarias -empezando con el rector- ante esta clase de desórdenes ha propiciado que cada vez sea más fácil hacer de la UNAM un botín político, y utilizarla como medio para alcanzar fines del todo ajenos a sus objetivos legítimos; una situación por completo inaceptable para cualquier universitario responsable, independientemente de su filiación política.


Simplemente desde el punto de vista económico, hay que pensar en la ingente cantidad de recursos que, en lugar de ser invertidos en la educación y la investigación, son, o aprovechados por organizaciones políticas (no pocas de las cuales también se dedican a hacer negocios dentro del campus), o de plano tirados a la basura (salarios de profesores que no pudieron -o no quisieron- dar clase, iluminación de salones vacíos, rehabilitación de bardas pintarrajeadas, etc.)


El doctor Narro, entre otros altos funcionarios de abierta filiación izquierdista, no pierde oportunidad de divulgar su "preocupación" por mejorar la situación material de la universidad. Sin embargo, en los hechos, todos sus discursos se traducen en ignorar los vicios que impiden que una buena parte del presupuesto institucional se dedique a realizar su innegable potencial académico.


En lo que atañe directamente a nuestra facultad, quizás la deuda pendiente más urgente es la recuperación del auditorio principal, junto con todos los otros espacios que siguen estando ocupados de manera ilegal. Y mientras la autoridad atiende ese "asuntito", mucho le agradeceríamos que termine con los "paros" y demás ociosas muestras de descontento, dejándoles ver a todos los activistas, de la manera más clara y terminante posible, que a la UNAM uno no va a cultivar la "libertad" a costa de las responsabilidades.

viernes, 5 de agosto de 2011

Asamblea Supersónica (farsa en cuatro párrafos)

Hay que ir por orden, pues el procedimiento, en materia revolucionaria, lo es todo: el blog de la "asambleaffyl" tiene dos aeropuertos (sendos números -supongo- de un órgano uniformemente informativo -según lo que entiende la izquierda por "información"-), el 1 y el 2. El Aeropuerto 1 tiene un Editorial, que a continuación pasamos a comentar.

Primero Párrafo

El Aeropuerto de filos es un órgano informativo de miembros de la Asamblea estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la cual cumple un año de reunirse para discutir y construir soluciones sobre los problemas que tiene nuestra comunidad. Esta publicación es un esfuerzo por amplificar la información y el diálogo necesarios para mejorar las condiciones de nuestra facultad." (Nuestras negritas, o tipo de letra afroamericano de tamaño reducido).

Un órgano de miembros, chido. Siguiente punto a notar: los problemas entendidos como sustrato apropiado para ponerle cosas encima. Luego, un momento de candidez: nos esforzamos por amplificar la información; es decir, si resulta que un problema no es tan serio como quisiéramos -por ejemplo, nadie está realmente "atentando" en contra de la educación pública-, no hay bronca, basta con hacer grande el borlote.

Porque uno no es ninguno, Segundo Párrafo

El Aeropuerto tiene como primer objetivo difundir los trabajos que realiza la Asamblea, encaminados a la obtención de mejores condiciones de estudio y trabajo para los miembros de la facultad. La intención es crear un espacio autónomo de diálogo que contribuya a la construcción de una comunidad universitaria responsable ante el cumplimiento de las obligaciones de la UNAM con la sociedad mexicana a través de espacios de discusión y análisis sobre aspectos académicos y sociales como son los planes y programas de estudio, así como las políticas universitarias.

Seis preposiciones, casi sin respirar, para escribir una oración que no tiene pies ni cabeza. Sin duda, todo un récord sintáctico en la historia del discurso asamblero. ¿Una comunidad universitaria responsable ante el cumplimiento de las obligaciones de la UNAM? Cuando la acaben de construir, yo propongo que la donen a la colección de objetos raros del Universum.

No hay segunda sin tercera, así que... Tercer Párrafo

El proyecto surge de nuestra participación activa en las asambleas estudiantiles donde nace la necesidad, debido a la complejidad del diálogo político, de tener un órgano informativo que haga llegar nuestras opiniones, argumentos y exhortos al total de la comunidad para tener una visión más global de todo aquello que como universitarios y entes políticos nos compete, interesa y afecta. Nuestra intención no es propagandística sino informativa y crítica, Busca generar una opinión responsable y empática que a su vez derive en una acción ética o política consecuente.

Da gusto saber que, por lo menos, estos "estudiantes" se activan en algún lado. Y, claro, más mejor que lo global es lo más global, y si eso, además, engloba todo lo que nos compete, interesa y afecta, ¿qué más se puede pedir? Interludio cómico: nuestra intención no es propagandística... nomás buscamos generar una opinión "empática". Ah. Pensemos ahora en una de esas "acciones éticas": robarse un cubículo. ¿Con qué sistema de valores es consecuente esa actividad?

La última y nos vamos, Cuarto Párrafo

Bajo esa lógica, en este primer número planteamos un balance, en forma de pronunciamiento, sobre la situación del movimiento, las demandas y la Asamblea estudiantil, en el cual se incluyen las perspectivas de trabajo para el semestre que recién comienza. Una de las propuestas más destacadas es la apertura de foros de reflexión sobre cada uno de los puntos del Pliego Petitorio, para que, junto con especialistas sobre cada tema, los miembros de la facultad construyamos alternativas de solución.

¿Esa lógica? ¡¿Esa LÓGICA?! Carajo, o yo estoy de a tiro... Bueno, bueno: calma -a mi edad, los disgustos pueden ser fatales-. 'Ah, pero si usted, señor criticón, se siente tan chicho, a ver: plantéese un balance en forma de pronunciamiento... si puede'. La neta, yo no le entro.

Mejor termino: si a usted también, querido lector, su aguda intuición estilística le advirtió que aquí huele a "jornalismo", nomás échele un ojito al Aeropuerto 2, y ya me dirá.

miércoles, 8 de junio de 2011

Bajos oficios

Una amiga mía dejó truncos sus estudios en la Escuela Nacional de Música por culpa de esa "cruzada por la educación gratuita" de triste memoria que tuvo lugar en el 99, herida que, a la fecha, sigue abierta e infectada (entre otras cosas, gracias a la indi-gestión de Narro). Para no quedarse sin hacer nada, se inscribió en una universidad de paga, en la carrera de psicología. Poco después de obtener su título, entró a trabajar en un centro penitenciario de alta seguridad, donde, gracias a su empeño y capacidades, ha ido desarrollando una muy exitosa carrera. Hoy está pagando el crédito de su departamento, y estudiando una maestría.
Esta mujer, me consta, disfruta su profesión, y la practica con una ética que no tendría nada de admirable, si no fuera porque, a como están las cosas, dicho comportamiento es más la excepción que la regla.
Yo lo que quisiera saber es dónde encuentra Narro, en un caso como éste, lo indecoroso, lo indigno para un universitario, lo humillante para un joven que quiere profesionalizarse. ¿Dónde? Si ya lo dijo Eraclio Zepeda en uno de sus cuentos: "todos los oficios son dignos; lo único indigno es no tener oficio".
Ahora que hay otra clase de indignidad: la de no realizar bien el oficio de cada uno. Como en el caso de Narro, precisamente: un individuo al que se le paga (demasiado, en mi opinión) para hacerla de rector; es decir, para garantizar que no se interrumpan las labores de la institución, y para vigilar la correcta utilización de sus cuantiosos recursos, entre otras cosas.
Sin embargo, la rectoría -gracias a bichos como Pepito- se ha convertido en una función puramente decorativa. Lo cual, además, es una gran paradoja, teniendo en cuenta que ni la presencia ni los discursos de NarroW sirven, ya no digamos para "decorar" ninguna clase de acto o recinto oficial, sino ni siquiera para entretener a la concurrencia.
Sus dislates más recientes (que no serán, mucho me temo, los últimos que tengamos que soportarle) son vergonzantes, una afrenta al sentido común y al tan cacareado "espíritu universitario". Y son el resultado de un ánimo desenfrenado por ser "reconocido", ser popular y aparecer en todos los periódicos, siempre del lado de "los buenos".
Pero esto último es imposible, porque los de a deveras buenos -para algo, para lo suyo- están en un lugar a donde él nunca llegará, trabajando en donde quieren o pueden, haciendo lo que saben hacer. Cosa que el señor rector, queda claro, ni está dispuesto a hacer, ni tiene la capacidad para hacerlo.

lunes, 30 de mayo de 2011

Pamba china...

Tomamos para hoy este cartón de Paco Calderón. Se podrá estar a favor o en contra de su postura, pero de que toca puntos sobre los que habría que reflexionar, ni dudarlo.



lunes, 4 de abril de 2011

La revolución.

jueves, 10 de febrero de 2011

El principio de petición

Quizás, el coraje entripado que hace el ciudadano cuando la autoridad lo "recibe" con un portazo en la cara, y ve que el funcionario competente se tapia los oídos a cal y canto para no atender su petición -con todo y las posibles repercuciones que dicha alteración emocional puede tener en el organismo del peticionario- sea el menor de los males sociales que resultan de semejante actitud; pues podemos pensar que, dado el caso de que el quejoso tenga razón para alarmarse y sentir que es su deber atraer la atención de la autoridad, hay entonces un problema muy real que quedará sin solución.
Y como los problemas reales de la vida tienen la pésima costumbre de no esfumarse espontáneamente, la indolencia de esta clase de funcionarios públicos no habrá hecho más que permitir que un problema, que quizás no hubiera costado gran esfuerzo resolver de haberse atendido a tiempo, se convierta en el germen de una auténtica crisis, que consumirá, en el futuro, grandes cantidades de dinero y tiempo.
Sucede exactamente como si el ciudadano quejoso fuera un paciente que, aquejado de alguna molestia, acudiera al médico, sólo para encontrarse con que, haga lo que haga, lo único que consigue es que lo reciba la secre del doctor (hombre muy ocupado -auténtica eminencia- que nunca está en su consultorio porque se la pasa atendiendo congresos y no enfermos). A veces la secre le toma a uno el reporte, y otras nomás le dice que espere en su casa a que el doctor le confirme por teléfono la cita; y entre una visita y otra, el paciente deja de serlo porque se le agota la propiedad que lo define y, o se resigna a su triste suerte, o se toma las pastillas de la tía y acaba sirviendo para que futuros aspirantes a eminencias médicas hagan sus prácticas escolares.
Ahora bien, antes de que se me confundan ciertas personas, quiero dejar claro que no estoy presuponiendo que toda petición ciudadana es razonable, de ninguna forma. Lo que digo es que todas las quejas deben ser atendidas, examinadas y solucionadas, que no es lo mismo que aceptadas automáticamente por buenas.
En este sentido, en mi caso, de lo que me quejo tan amargamente es de que la Delegación Coyoacán se niegue, valiéndose de inumerables pretextos y de infinitas dilaciones, a darle una respuesta a mi petición; y en el caso de la "asambleaffyl", lo que hay que señalar es que sus demandas ya fueron solucionadas, es decir, su pliego fue atendido por la autoridad correspondiente, evaluado y, después, desestimado por improcedente (conclusión con la cual coincido).
Si deciden inconformarse con dicha respuesta, bueno, quedan otras instancias a las cuales pueden acudir, y muchísimas formas de demostrar su descontento de manera civilizada y sin estorbar la vida académica y la convivencia universitaria. Pero tienen el deber ciudadano (aunque, por desgracia, sospecho que carecen del valor moral) de reconocer que su petición sí fue atendida y solucionada. Por decirlo así, ellos ya pueden empezar a pensar en el paso 2 de sus gestiones; mientras que habemos ciudadanos que, injustamente, seguimos atorados (y, a lo que se ve, ahí nos quedaremos) en la fase preliminar de la nuestra.

viernes, 21 de enero de 2011

La "asambleaffyl" se renueva

Regresan frescos de sus muy merecidas vacaciones, y ponen a prueba el recobrado vigor lanzando un blog espectacular, dedicado exclusivamente a su lucha de reivindicación gástrica, popular y gremiobibliotecológica.

Pero hay algo que es necesario sacar de los entretelones del entendido tácito en su discurso, y es que esa lucha, o discución, controversia, polémica... vaya, ese pleito callejero de jalón, mentada y escupitajo tiene dos, y sólo dos, protagonistas.

"En eeeesta esquina" está (de muy mal grado, pero qué le va a hacer -su culpa es, por andarse prestando a estos espectáculos-), la dirección de la facultad, con doña Gloria a la cabeza. Y en la otra, la "asambleaffyl". Y aquí está el asegún: la "Asamblea", si representa a alguien, es a ella solita, y no, de ninguna manera, al "estudiantado" en su conjunto, "la comunidad universitaria" toditita, ni a nadie a quien, por más que le vaya a los Pumas, le parezcan absurdas las peticiones (y los "mecanismos") de los asambleros.

Y hay muchas razones para dudar de la capacidad analítica de los pliegopeticionarios. Por ejemplo, afirma que en la facultad hay, exactamente, cinco mil y pico de estudiantes que no pueden pagar los precios de la cafetería. Cómo se enteraron, vaya usted a saber, porque no especifican su fuente en ninguna parte del blog. Quizás hayan adquirido una bola de cristal de última generación durante las vacaciones.

Sin embargo, el "programa de actividades" para este semestre se puede predecir sin necesidad de recurrir a complicadas maniobras esotéricas; y no hay, tampoco, que utilizar muchas palabras para resumirlo: más-de-lo-mismo. Más convocatorios, pancartas, reuniones, marchas, fintas... Gritos y sombrerazos.

Por supuesto, eso no significa que, al dejar de ser "novedosos", se hayan convertido en inofensivos.

Continuarán entorpeciendo el funcionamiento de la facultad, y seguirán dificultando la convivencia en el campus, entre otras cosas. Como de costumbre.

jueves, 6 de enero de 2011

¿Pudor?

Como regalo de reyes para todos nosotros, el "sanitario secológico" ya tiene puerta.


Sin palabras.

Testimonio en video