martes, 12 de enero de 2010

Los okupas no son la Universidad

Quienes escribimos en este foro compartimos la creencia de que es menester hacer algo más por nuestra universidad que tomar clases o impartirlas. Contrario a lo que los más simplones lectores aducen, ese algo no es organizar grupos porriles para que saquen a patadas a los okupas, si ese fuera el objetivo y el móvil… Pues se hubiera hecho ya ¿no?
Convencer a los okupas y sus simpatizantes de que lejos de hacer un bien a la universidad o a la nación se comportan como los parásitos Partidos Políticos que tanto deleznan (en tanto que como parásitos viven a costa del trabajo de otros, se llenan la boca con los logros o el valor exhibido por otros, y sobre todo, atienden exclusivamente a sus intereses) no es nuestra intención; si sucediera el milagro estaríamos sin duda muy contentos, pero estamos convencidos de que la mayor fuerza de estos grupos de intereses ajenos a los de la Universidad no está entre sus filas, ni en la rabiosa defensa que de ellos hacen sus simpatizantes, ni siquiera en los fantasmas de la huelga y la problemática del 99´ que azoran a cualquier universitario y en la que cobardemente se escudan para justificar su presencia. No, su primordial éxito está basado en el desinterés del universitario, desinterés del profesor que sólo atiende como problemas suyos los de la academia y soslaya el asunto por considerarlo “administrado”, en los estudiantes con poca información que piensan que el Auditorio Justo Sierra y otros espacios okupados de hecho benefician a alguien distinto a sus habitantes en la Universidad.
En septiembre del año pasado la discusión en torno al Auditorio Justo Sierra y los demás lugares expropiados a la Universidad volvió a aparecer en cartelera. Los okupas hablaron de un cerco informativo y una campaña de desprestigio en su contra; hay qué decir que el abandono del auditorio, de la posibilidad de diálogo y sus actividades libertarias de corte adolescente fueron los elementos que fraguaron el desprestigio que ciertamente ostentan. Nadie inventó que todavía viven en el Auditorio, ni que se consumen drogas y alcohol al interior de este, ni que es básicamente un giro comercial.
Se ha hablado de una violenta represión en su contra, se acusó al movimiento 24 de septiembre de promoverla, mas nunca se mostraron elementos para sostener tal acusación, ni mucho menos se observaron actos de violencia, ni en aquel entonces ni en fechas recientes que vieron su tianguis replegado.
Los okupas dicen que no piensan hacer prevalecer su punto de vista, y ciertamente no lo hacen, tan es así que habemos disidentes; simplemente seguirá siendo su punto de vista la directriz sobre la que se administre el Auditorio y el resto de lugares okupados, pues aunque se constituyó una asamblea de estudiantes que encontraban como admisibles algunos de sus principios –en particular la marginación de las autoridades, un a priori incuestionable-, las propuestas de estos fueron desestimadas por los okupas: Les prestarían su auditorio para hacer sus eventos, por supuesto que eran bienvenidos para organizar cosas ahí, limpiar y de paso legitimar su estancia en el auditorio, pero nadie dejaría de vivir ahí, no se dejarían de hacer tocadas y básicamente se seguiría viviendo bajo las reglas de los señores de la casa.
La constitución de los okupas se ampara en la intervención de elementos de la PFP en las instalaciones Universitarias luego de meses en el abandono. De acuerdo con los okupas, esa intervención es evidencia de la cerrazón de la Institución Universitaria que sería privatizada luego de ser arrebatada a los heroicos insurgentes.
A diez años de aquellos hechos la Universidad sigue siendo gratuita y pública, sigue dado educación de calidad a todos los sectores en condiciones y con disposición de recibirla; los okupas siguen viviendo en un chiquero como lo hacían en 1999, continúan el cuestionamiento profundo que en 99 promovían para con la Institución Universitaria, a través de la misma metodología: Frenar el espacio Universitario y mirarlo podrirse.
La universidad debe ser autocrítica, por supuesto; autocrítica significa que la reflexión debe partir de sí, y los okupas no son elementos universitarios, son gente sembrada en los distintos campus de la UNAM con objetivos distintos a los de la Institución Universitaria (como ellos la llaman). No tengo un padrón de dichos personajes, tal vez en algún momento estuvieron matriculados, pero sin duda hoy, diez años después son personas que persiguen fines muy distintos a los de aquellos que buscan la Universidad para educarse.
Aunque los okupas parecen estar al tanto de que promover una huelga no les serviría de nada, -probablemente porque saben que su popularidad no es la de hace 10 años, puesto que ya no tienen líderes tan carismáticos- el cuestionamiento para con la Universidad sigue en pie, ¿y cómo podría dejar de estar en pie?, ¿qué los uniría de lo contrario? La razón fundamental para estar en contra de la Universidad –se dice- es que es una herramienta de la sociedad capitalista y opresora; la causa eficiente me parece más bien es que la Universidad se encontró vulnerada en el 99 y el 2000, que le costó recuperarse de tal vulnerabilidad y que sigue siendo un espacio de oportunidad para quienes persiguen promover activismo por causas muy ajenas a los objetivos de la Universidad en sí. Los okupas no secuestrarían el Auditorio Nacional, ni alguna de las delegaciones del D.F. ni de ningún lugar, están aquí porque se sienten cobijados, en aquel entonces por la problemática del ´99, hoy por sus adoctrinados y por la indiferencia de los demás.
Los okupas hablan de que el CGH pretendía una reestructuración de la Universidad en aquel tiempo, y lo que es más, que todavía la pretenden. ¿Cómo sería la Universidad Okupa?, ¿por qué los defensores de los okupas no se cambian a estudiar al Auditorio y reciben un título de ellos?, ¿por qué siguen sirviéndose de la Universidad que tanto cuestionan?
Los okupas siguen diciendo que fueron sólo las autoridades quienes estaban en contra de ellos, que seguían –y siguen- contando con el respaldo de la comunidad que repudia la privatización de la Universidad y que es aquel auditorio el último resquicio donde habita la dignidad; en contraste en los últimos diez años miles de Universitarios hemos estudiado la licenciatura, obtenido títulos y grados, realizado investigaciones, varios han puesto en alto el nombre de la Universidad y dado la cara por el maltrecho país… Todo esto sin enajenar aulas ¿Dónde están los logros okupas distintos a vender cacahuates? La Institución Universitaria no convenció con PFP´s ni con herramientas represoras, convenció porque seguía ofreciendo la mejor opción para quienes querían estudiar y cumplió.
El compromiso del Universitario es distinto de aquel adquirido por el Okupa. El primero tiene la obligación de ejercer profesionalmente retribuyendo a la sociedad que pagó su educación, y acaso buscando mejorar la Universidad que lo formó; el okupa se dice comprometido con todas las causas sociales, posiblemente lo esté, pero sus métodos difícilmente han resultado de ayuda para alguien… ¿o es que resolvieron los problemas de la gente de Pasta de Conchos?, ¿resolverán el problema de la gente del SME?, ¿han resuelto algún problema que no sea el de su vivienda y manutención? Colgarse la capa de héroe de los desfavorecidos sociales es mezquino. E.g. En estos días se dice –también como un hecho- que la moción en pro de los derechos de matrimonios homosexuales a manos del PRD, no como una muestra de interés en los involucrados sino como una muestra de la frialdad con la que pueden usarlos como herramientas políticas; ¿los okupas son distintos cuando reciben en su generoso seno a los agraviados políticos de la coyuntura social en turno?
El Okupa ciertamente le tendrá lealtad al techo que lo guareció los pasados diez años y lo defenderá; el Universitario también debería tener gratitud para la escuela en que se formó, pero ¿por qué pensaría que le hará un bien habitándola y volviéndola un giro comercial que le permitiera sustentar su modo de vida? Estaría más bien ese universitario siendo un ingrato, o malentendiendo su papel como Universitario.
Los grandes logros con que los okupas se llenan la boca son: 1) No haber cobrado por el trabajo que desempeñan en el auditorio, 2) mantenerse libres del influjo de partidos políticos y la Institución Universitaria, 3) realizar un trabajo “autogestivo” y de intenciones libertarias para el enriquecimiento colectivo y 4) Mantener vigente el cuestionamiento profundo a la universidad desde 1999.
Habría qué decir que para que se antojara sensato cobrar por un trabajo, aquel debería tener un beneficiario, y no han beneficiado a nadie distinto a los propios okupas; se han mantenido –según claman- libres del influjo de partidos políticos y de la Institución Universitaria, cuando menos el segundo factor es cierto, han marginado a autoridades, profesores y hasta a los alumnos de su auditorio. Es dudoso que su trabajo sea autogestivo a la luz de sus actividades comerciales, y más dudoso lo es a la sombra de los productos capitalistas que venden en sus inmediaciones, por último –y de nuevo- no se ha visto que enriquezcan a otro colectivo que no sean los propios okupas. No sé por qué mantienen vigente el cuestionamiento a la Universidad, -de nuevo, ¿qué otra cosa los vincula con ella?- La Universidad luchó contracorriente los últimos diez años para reivindicar su papel en una sociedad a la que se debe, estoy seguro de que en dicha reivindicación el cuestionamiento que han mantenido vigente ha resultado de muy poca ayuda.

A diferencia de los autogestivos, la Universidad debe someterse a auditorías, y de hecho lo hace, es un dolor de cabeza para quienes de facto sacan a flote esta institución y no sólo se llenan la boca diciendo que defendieron una causa hace diez años. Un factor que merma la confianza de los contribuyentes que con sus impuestos aportan el sustento de nuestra Universidad es el auditorio del que no se rinden cuentas, que está expropiado junto con los servicios de luz, agua y cuando menos una ocasión teléfono.
La supuesta autogestión está escudada por la Institución Universitaria que tiene qué dar la cara por el daño que recibe de esta.
La okupación no es un logro de la Universidad, es un logro para unos cuantos. El modus operandi de los okupas es aprovechar las coyunturas, así lo hicieron en el ´99 y siguen aferrados a ese momento; no hace falta la opinión del mejor historiador para saber que estamos en un momento de coyunturas, y deberíamos saber ya –luego de la experiencia del ´99- que la presencia de grupos con un proyecto distinto al de la Universidad no es inocua.
El país tiene grandes errores, pero también grandes aciertos, la Universidad es uno de ellos, y es una herramienta para enmendar los grandes errores del país, no dejemos que se vea minado por personas ajenas a ella.

4 comentarios:

  1. Un verdadero somnífero. Pero hay que dar la batalla.
    No me sorprende que hasta ahora no hayas comprendido, o no hayas reconocido que comprendes, cuál es el punto. Evidentemente tu noción de "beneficio" es distinta que la de los compas okupas, pero hablas como si la tuya fuera la única válida. A los compas, y a mí también, "beneficiar" a la nación o a la Universidad tal como tú la entiendes no es algo que nos atraiga mucho, porque advertimos que es un problema de clase, y que ese problema se traduce en formas políticas como la nación y la universidad. Tienes todo el derecho de no estar de acuerdo con ese planteamiento, pero no de eludir esa discusión y hacer como si tú perspectiva nacionalista y burguesa fuera definitiva. Pero es algo que no vas a hacer, porque entiendes bien, sí no eres un simple porro virtual, que eso implicaría echarte de cabeza, aceptar que el proyecto de Universidad en el que tú crees no es políticamente neutral, que tiene sus beneficiados y sus excluídos. Poner a discutir ese proyecto con un proyecto comunista es lo que en realidad se hace, en la vida real y cotidiana de la Universidad, pero las cosas no son tan simples.
    Se consume droga en el Auditorio,¿y en que parte de la universidad no? el mercado de narcóticos es parte de la sociedad burguesa, y no me cuesta reconocer que en ese sentido el Auditorio ha sido derrotado y que de eso tenemos la culpa muchos.
    Hablando de los tiempos presentes, en el Auditorio hay una radio que transmitió las noticias de radio globo desde Honduras en los tiempos inmediatos al golpe. Salvo un par de conferencias poco concurridas, el resto de la Universidad hizo como que no pasaba nada, y eso es un triunfo del proyecto comunista, o por lo menos una muestra de resistencia.
    Ustedes son hipócritas, discutan ya en los términos reales de lo que realmente pasa y dejen ya su ideología para "periódicos" baratos que se regalan afuera del metro.
    No lo van a hacer, ustedes son meros y vulgares, muy vulgares panfleteros.
    Salud.

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  2. ¿Y a quién excluye nuestro proyecto de Universidad Chalo?

    Afortunadamente un hombre sabio hace unos 80 años no se dejó llevar por ese discurso de que cierta doctrina histórico-económico-política debía regir los destinos de la Universidad. No porque fuera "mala" (ya estamos grandes para jugar al maniqueísmo) sino porque era excluyente.

    Y precisamente, ¿en qué sirvió o ha servido al pueblo de Honduras que los rebeldes okupas tengan secuestrado un auditorio de una Universidad mexicana? ¿tener la primicia periodística justifica el estado del auditorio? ¿A los hondureños eso les importa? Deja tu ideología de Telerisa Chalo, ya no sabes de qué alfileres sostener lo insostenible.

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  3. Las doctrinas histórico-económico-políticas, como les dices tú, no rigen los destinos de nadie, son sólo ideas que no pueden aplicarse de manera pura en ningún lado. Es el desarrollo real de la vida material y cultural de las personas lo que se determina a sí mismo. La Universidad, como cualquier otra superestructura, es un producto histórico de la lucha de clases, y en ella convergen, no en armonía sino en conflicto, los diversos programas ideológicos: el suyo y el nuestro, y ambos son mutuamente excluyentes.
    Tu hombre sabio no se dejó llevar por el materialismo histórico (puedes decirlo así, así se llama y no te va a pasar nada por decirlo, aunque hace mucho que el Muro haya caído), pero sí que se creyó las estupideces de Viena y de la Santa Alianza. Por eso su proyecto excluye a todos los que consideraba "salvajes" (alguna vez ya cité eso aquí con exactitud), y los sigue excluyendo. Quererlos convertir al cristianismo-liberalismo de Occidente, en el que Justito tenía tanta fe, no es incluirlos, es genocidio. La Universidad de masas sólo funciona si incluye en la práctica sólo a sectores estratégicos (la clase media y parte de la baja, nunca a los sectores más pauperizados)y en el discurso (universalista) a todo mundo. Claro que se lavarán las manos, diciendo que esa MASIVA exclución no es culpa de la Universidad, pero sólo quienes no adviertan la relación orgánica que hay entre ella y el capital, entre este y sus aparatos ideológicos, puede creer en semajente burla.
    Pues a esas MASAS, son las que tu proyecto, que es el hegemónico, excluye, y no porque no haya suficiente Universidad, no es una cuestión cuantitativa, sino porque la que hay está mal, y selectivamente, distribuida. O tu dime ¿para qué un piso completo para Educación continua, que imparte cursos cuyo costo rebasa los 10 mil pesos?, ¿quién puede pagar eso? ni siquiera los que podemos darnos el lujo de ir diario a la Universidad. Ese es sólo un botón de muestra, que en todo caso es un problema que se solucionaría poniendo a una autoridad un poco más astutua (jajajaja). Pero el problema de fondo, que es el de la exclusión masiva del proyecto capitalista de Universidad, sólo puede solucionarse de dos maneras que deben darse juntas: la expropiación de los medios de producción a los capitalistas y la transformación radical de la estructura de gobierno universitaria. O sea, el enfrentamiento. Pero no te escandalices, ni le digas a tus subalternos que usen ese último párrafo para la antología de mi pensamiento que sigue en proceso de edición en este blog (ver dos entradas abajo). En la Universidad, al ser un aparato de dominación ideológica, las batallas son casi siempre ideológicas. El semestre pasado quedó demostrado que si bien el proyecto del Auditorio no tiene toda la simpatía del estudiantado, este último confía menos aún en el de las autordidades. Es natural, la Universidad capitalista y su estructura autoritaria es idónea para el ejercicio de la corrupción, a unos niveles que son evidentes hasta para los estudiantes de primer ingreso. Hasta los profesores se dieron cuenta de que lo de Villegas era una artimaña bajísima para ganar la legitimidad que a la fecha no tiene, que el Auditorio le importaba un comino. ¿Y a esas autoridades hay que devolverles el recinto?.
    Otra vez, buena suerte el próximo semestre, espero que se hayan recuperado de las putizas que les pusimos en cada asamblea.
    Salud.

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  4. Muy buena entrada, creo que condensa lo que pensamos sobre la okupa. Simplemente es nociva para la Universidad. Yo confío que en este semestre o año, los vagos salgan del auditorio, si tienen dignidad, lo harán por cuenta propia, si no, pues "ante la cerrazón"... Muy divertido lo que la CHachalaca dice, si lo dice en serio no hay duda de su desvarío mental.

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