A veces parece imposible hacerle ver a ciertas personas que los ejercicios de crítica no son peleas en donde lo único que importa es vencer al adversario. La crítica tiene como fin modificar un orden de cosas, en el entendido de que se puede mejorar.
Guillermo Sheridan es académico y profesor de la Facultad de Filosofía Letras y entre sus muchas actividades resaltan sus ejercicios de crítica, de crítica universitaria. En alguno de sus libros explica los motivos que lo llevan a hablar sobre su casa de estudios. Ciertamente hace falta mucha más crítica de parte de los universitarios hacia su Institución, pues ésta la necesita. No esperemos simplemente a que ésta, la crítica, aparezca en los medios para leerla o escucharla; se puede ejercer desde la porción de la realidad universitaria que nos toca vivir día a día. La crítica no significa simplemente pretender acabar mediante el discurso con lo que no nos gusta, sino buscar el modo de dialogar con los demás y actuar para cambiar aquello que es perfectible o que, de plano, necesita terapia intensiva.
A continuación dejamos el enlace para que el lector paciente vea, analice y reflexione, si gusta, en torno al último ejercicio de crítica universitaria de G. Sheridan, publicado en la revista Letras Libres.
Aquí algunos fragmentititos de la polémica con el Dr. Javier Flores:
Javier Flores: ... Sheridan conoce bien la UNAM, pero en este caso la examina con poca seriedad, dibujando una caricatura. Dirige sus críticas sólo a una parte de ella, además de recurrir a algunos lugares comunes en los que muchos podríamos coincdir: las prácticas sindicales, la nociva burocracia o los territorios ocupados...
Guillermo Sheridan: ... Porque dice usted que en mi crítica “dibujo una caricatura” y que me refiero a “lugares comunes” de la UNAM. Pero agrega que se trata de “lugares comunes en los que muchos podríamos coincidir: las prácticas sindicales, la nociva burocracia o los territorios ocupados”. Celebro que usted y “muchos” coincidan conmigo en el daño que esas caricaturas le hacen a la UNAM. La diferencia es que yo critico y usted (y “muchos”) sólo coinciden. Es precisamente la ausencia de crítica sobre la UNAM lo que ha hecho de esos problemas caricaturas y lugares comunes...No dejará de ser lamentable que las duras críticas a la Universidad que algunos se atreven a hacer públicas sean vistas como "ataques" de aquellos que "desprecian" la universidad pública. Un error muy común que puede obnubilar la visión de aquellos que se están preparando para tener las luces necesarias para servir a México.
¿Y qué hay, Ivo, del peculiar ejercicio de exclusión que practicas tú?, porque dices mucho que cierto tipo de discurso estereotipa a escrtitores como Sheridan, pero insinúas que todos ellos lo hacen en una defensa poco clara de la universidad pública; es decir, defiendes la idea de que Sheridan no necesariamente ataca el carácter público de la Universidad. Pero cuando alguna vez yo te señalé una bibliografía en que quedaba probado y documentado el hecho de que el CENEVAL era una representación de la iniciativa privada, de tu parte hubo mutis, jamás proseguiste con esa discusión.
ResponderEliminarLo que quiero decir es que tu defensa del discurso de Sheridan y compañía es dogmática. Porque, o ocultas parte de los resultados de tus investigaciones en torno a los problemas que aquí tratas, o son tus investigaciones muy mediocres y no consultas las fuentes que no te convienen, como la que te señalé.
Estás casado (y no sólo tú) con la idea de que todos los que estamos en contra de esos escritores lo estamos por consigna y no por análisis, y cuando ves los análisis los ignoras, eso es dogmatismo. Algunos sí, actúan por consigna; hay otros que aunque parece que lo hacen en realidad actúan por necesidad; otros actúan por análisis; pero hay muchos que lo hacen por las tres razones, y eso tú no lo quieres ver, niegas a priori que eso sea posible y cuando lo ves en tu nariz lo ocultas.
El tema del sindicato que exige Sheridan. Si Flores no lo toca a fondo es porque, en primera, su objetivo era otro, en segunda porque incurriría en flagrante contradicción. Yo lo siento mucho, pero el corporativismo es la única salida viable -que no la solución- del conflicto de clases en el tercer mundo. La otra salida, que no es viable y eso estoy seguro que lo veremos pronto, es el outsourcing, que es un sistema inhumano. ¿Qué quiere el señor Sheridan, que la Universidad Nacional trate a sus trabajadores como bestias sin derechos? Claro que el corporativismo nos trae todos los inconvenientes que los universitarios conocemos, pero eso es un precio que hay que pagar si se quiere vivir en un sistema capitalista basado en el despojo de la fuerza de trabajo.
En fin, tú dirás que todo esto denota mi "ingenuidad"; pero es más ingenuo de tu parte creer que alguien con medio cerebro puede dejar en eso el problema.
Salud.
bueno, pero eso de defender el corporativismo, es como defender 70 años de PRI. o sea, tampoco te pases, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. es cierto que se necesitan los sindicatos, pero los sindicatos revolucionarios no son precisamente corporativos -que también los sindicatos blancos lo son, sino aquellos que apuestan por el control de las fábricas, por la lucha de clases.
ResponderEliminarmal harían los del che, si fueran una agrupación corporativa, apuestan, eso sí, al control de los espacios, de un espacio en específico, y por la lucha de clases, misma que también se da, obviamente, al interior de los movimientos sociales.
avanti!
Completamente de acuerdo. No pretendí defender el corporativismo, sólo plantear que es una consecuencia necesaria del capitalismo en el subdesarrollo. Digamos que es una válvula de escape para la lucha de clases, no su solución dialéctica y revolucionaria. El punto es que Sheridan y compañía lo pintan como un capricho incomprensible de los trabajadores.
ResponderEliminarSalud.